Confianza ciega

Cuando un actor sale al escenario, está en manos de sus compañeros y debe tener la seguridad de que su compañero no le va a abandonar. A esa confianza se refiere este ejercicio.
Los alumnos se colocan por parejas. A uno de ellos le toca hacer de ciego y al otro de lazarillo. Para ello tenemos que vendar los ojos del ciego y colocarlo detrás del lazarillo con el único contacto de una mano del ciego sobre el hombro del lazarillo.
Se trata de hacer un recorrido amplio. Lo ideal es salir del espacio habitual de clase y subir y bajar escaleras, atravesar puertas, pasar por debajo de algo y tener que agacharse, etc.
El recorrido hay que hacerlo en silencio (es casi imposible, lo advierto) para que el que hace de ciego se concentre en los movimientos que percibe del lazarillo.
Si hay tiempo u otro día, se cambian los papeles.
En fin, se trata de hacer lo contrario de lo que hizo Lázaro de Tormes con el ciego en el episodio del charco y el pilar. ¿No lo recuerdas? Pues ya sabes...